Almas en pena de Inisherin: las amistades perdidas por trivialidades

Mario Xavier

7 de marzo de 2023

The Banshees of Inisherin es la segunda gran película de la temporada de premios 2023 en resonar con fuerza como una de las favoritas. El director británico Martin McDonagh ha construido una historia que plantea nuevamente preguntas existencialistas que provocan al pensamiento y cuya respuesta no encontraremos quizá, por el resto de nuestras vidas: ¿Quiénes somos y qué nos define? ¿Cuál es la verdadera razón detrás de las amistades rotas? ¿Qué deberíamos hacer durante el tiempo limitado que tenemos en este planeta?

Con tres victorias en los Globos de Oro: Mejor Actor de Película Comedia o Musical (Colin Farrell), Mejor Guión Original y Mejor Película de Comedia o Musical, cuatro BAFTAs: Mejor Película Británica, Mejor Guión Original, Mejor Actor de Reparto (Barry Keoghan) y Mejor Actriz de Reparto (Kerry Condon), alcanzó nueve nominaciones al Oscar: Mejor Película, Mejor Director (Martin McDonagh), Mejor Guión Original, Mejor Actor (Colin Farrell), Mejor Actor de Reparto (Brendan Gleeson y Barry Keoghan), Mejor Actriz de Reparto (Kerry Condon), Mejor Edición y Mejor Banda Sonora.

Las Almas en pena de Inisherin habitan en una pequeña isla ficticia al norte de Irlanda en 1923, cuyo nombre da título a la película. Colm Doherty (Brendan Gleeson) y Pádraic Súilleabháin (Colin Farrell) son dos amigos de toda la vida, cuya relación termina abruptamente mientras en ese momento acontece la Guerra Civil Irlandesa en la República. Lo que parecería un simple distanciamiento termina siendo una representación del existencialismo, la muerte y la desolación, cuando uno de ellos decide voluntariamente tomar distancia mientras se ven y oyen la caída de bombas y el sonido de armas más allá del horizonte. 

Pádraic es un ganadero que vive con su hermana mayor y su mascota, una burrita de nombre Jenny. Siempre se encuentra con Colm, un intérprete de violín y compositor, para acudir al único sitio de distracción de la isla: el pub, donde comparten habitualmente un vaso de cerveza. Sin embargo, un día mientras Pádraic camina alegremente por las costas de Inisherin, Colm no responde a la invitación al bar y se queda en casa. La única respuesta de su antiguo amigo es que «ha tenido suficiente de conversaciones sin rumbo», describiendo a Pádraic como un hombre aburrido y tonto. 

«Simplemente ya no me caes bien» es el argumento de Colm ante un consternado Pádraic. Con la creencia de que solo le quedan exactamente 12 años de vida, Colm da la espalda por completo a la amabilidad, aquella que caracteriza su amistad con Pádraic, y elige centrarse únicamente en el legado que dejará al mundo como músico. En un estado de desesperación, confía en la hermana de Pádraic, Siobhán (Kerry Condon), quien le dice que comprende su terror a la conformidad y su anhelo de una vida más plena, aquella con la que sueñan muchos en el desolado pueblo en que habitan.

La amabilidad se aborda dentro del contexto del legado y, la vida se cuestiona a lo largo del filme, con Pádraic criticando la vanidad de Colm en cada oportunidad. Este vaivén constante entre ambos se ejecuta con tal elegancia que, se torna hilarante. Sin embargo, las disputas se intensifican cuando Colm amenaza con cortarse uno de sus dedos cada vez que Pádraic le hable, lo que nos traslada a un absurdo y sombrío conflicto en el que los dos hombres comienzan una guerra de ofensas que eventualmente llega a la violencia, pero ninguno sabe exactamente por qué ahora se odian tanto. 

Aunque sus personajes están en constante desacuerdo, Farrell y Gleeson tienen una química impresionante en pantalla, tanto cuando están listos para matarse como para abrazarse. Farrell, quien es un actor conocido por sus intensas y enérgicas interpretaciones, ahora alcanzó la gran actuación de su carrera con un rol sutil, encantador y sereno. 

La película también fichó a un destacado elenco secundario originario de Irlanda, en el que destacan Kerry Condon y Barry Keoghan, quienes interpretaron a la sensata hermana mayor y confidente de Pádraic, y Dominic, el joven hijo de un policía abusivo, respectivamente. Dominic, quien en el filme se muestra como otro de los grandes amigos de Pádraic, es un papel complejo, especialmente porque se da a entender que tiene cierto grado de discapacidad intelectual que su padre no acepta, por lo que siempre estará presionándolo más de la cuenta. Todos estos personajes muestran las diferentes facetas de vivir aislados de las grandes ciudades, con una mujer frustrada por la falta de oportunidades, un joven abusado, otro temeroso a la soledad y por último, un hombre maduro con aires de superioridad intelectual que se frustra con pensar si alguien lo recordará después de su muerte.

The Banshees of Inisherin no es una comedia para reír a carcajadas, sino una en la que la risa proviene de la absurda y misteriosa fragilidad de las relaciones humanas. Martin McDonagh va más allá de todos sus proyectos anteriores, ofreciendo una dirección ágil y utilizando al humor negro en forma directa. 

Mientras al otro lado del mar se vive una violenta guerra, a los personajes eso parecería importarles poco o nada. El contexto se entiende a través de referencias, comentarios pasajeros y sutilezas, como los sonidos de cañonazos en la isla principal; todo esto poco influye a las Almas en pena de Inisherin, pues más nos concentramos en el drama de estos dos hombres que eventualmente se extiende a todo el pueblo, haciéndose visible lo invisible y permitiéndonos comprender y, en última instancia, empatizar con ellos.

Es raro ver en pantalla con tanto drama, la ruptura de una relación de amistad masculina. El único contraste que tenemos como consuelo son las hermosas pero aisladas colinas de la verde isla, lo que refuerza la soledad de Pádraic, quien a medida que avanza la película lo va perdiendo todo y evoluciona de un joven amable, a un tipo completamente insoportable y vengativo.

Esta tragicomedia ofrece una reflexión oscura de la sociedad moderna actual, donde nadie puede esconderse por mucho tiempo sin ser ubicado. También puede interpretarse como una parábola de las redes sociales, donde la «culpa» por perder tanto tiempo en internet se debe a nuestros «contactos/amigos»: muchos quienes nos desgastan con sus trivialidades, lo que nos lleva a cansarnos de ellos e incluso a repudiarlos. Tal vez el director McDonagh esté queriendo decirnos que la vida siempre ha sido así: nos alejamos de las personas que nos recuerdan demasiado a nosotros mismos.

¿Terminarías abruptamente una amistad, sin otorgar ninguna explicación?

Mario Xavier

Editor y redactor en Colapso Views. Comunicador social con experiencia en medios impresos, agencias de publicidad digital, asesoría política y docencia universitaria.
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