Una década ha transcurrido desde la última adaptación en solitario de Batman. Luego de frustrados intentos por volver a contar esta historia, especialmente mediante estrategias que la vinculen al universo extendido de DC que abrió la fallida Liga de la Justicia de Zack Snyder, terminó siendo el director Matt Reeves quien tomó la batuta de manos de Ben Affleck y reinventó todo el proceso sin relacionarse a películas anteriores y remontándose a los inicios del personaje una vez más; con un elenco completamente nuevo y drásticas modificaciones a un argumento que ya conocemos, en demasía.
El actor británico Robert Pattinson es quien viste ahora el traje de murciélago, mostrándose aún como un héroe novato, pero no tan inexperto como en los inicios de la trilogía de Christopher Nolan; el mismo protagonista es quien narra la película desde sus emociones e informa a la audiencia que hace dos años ha decidido convertirse en un vigilante que toma la justicia por sus propias manos en la corrupta e insegura ciudad Gótica: “Soy la venganza” son sus primeras líneas ya en escena.
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— Matt Reeves (@mattreevesLA) December 20, 2021
La historia alcanza el máximo potencial cuando presenta a su villano principal: un anarquista convertido en asesino serial que se hace llamar El Acertijo (Paul Dano), quien al igual que nuestro héroe, ha decidido “hacer justicia”, pero acabando violentamente con las vidas de las figuras más poderosas del crimen en Gótica, dejando a su paso una serie de pistas con interrogantes y adivinanzas, todas dirigidas a Batman.
La visión de Reeves antepone a las escandalosas escenas de acción sin justificación, un argumento de resolución de misterios con un tono convincentemente detectivesco y un héroe que colabora directamente con la policía para exponer a los líderes del tráfico de drogas y crimen organizado, así como a los políticos corruptos, a quienes el Acertijo también está persiguiendo, pero con métodos radicalmente diferentes.
Esta es una historia sobre orígenes, por lo que James Gordon aún no es comisionado; el actor Jeffrey Wright lo interpreta como un teniente honesto y entusiasta que, ha establecido una atípica amistad con Batman y lo invita a ser parte de sus investigaciones. La primera víctima del Acertijo es Don Mitchell Jr. (Rupert Penry-Jones), alcalde de Gótica; ante su muerte nos enteramos que nuestro protagonista es mayormente un favorito de Gordon, pues la mayoría de sus compañeros en la policía lo ven con desconfianza y critican el que se le otorgue acceso a zonas y casos restringidos.
El Acertijo entonces acaba también con el comisionado Pete Savage (Alex Ferns), inmediatamente creándose las condiciones para el ascenso de Gordon y mayores oportunidades para Batman. La película sitúa a los espectadores en la era actual, pues aunque el villano oculta su rostro con una capucha, sutilmente disfruta de la exposición, al hacer uso de redes sociales y foros de la dark web para intimidar a la población y exponer las razones por las que sus víctimas merecen la muerte.
Los asesinatos del alcalde Mitchell y el comisionado Savage, en conjunto con una serie de pistas que el mismo Acertijo deja a su paso, logran que Batman asocie el caso con el líder local de la mafia Carmine Falcone (John Turturro), cuya mano derecha es un personaje más que popular en los cómics de DC: Oswald ‘Oz’ Cobblepot, conocido como el Pingüino (interpretado por un irreconocible Colin Farrell)
Si bien esta versión del Pingüino no es nefasta, intimidante ni mucho menos interviene como un antagonista destacado para la historia, casi en toda la película figura como hilo conductor, más aún tras un mensaje del Acertijo que menciona a un informante secreto que trabaja tanto para la policía como para los mafiosos y que resultará clave para acabar con el crimen en Gótica, al que únicamente identifica como “el rata alada.” Se piensa en aves; se sospecha del mismísimo murciélago justiciero, pero también del Pingüino, quien jura no saber nada.
En el círculo interno de Carmine Falcone y como una de las empleadas del Pingüino, Batman conoce a Selina Kyle (Zoe Kravitz), una joven cuya cercanía con los mafiosos, en realidad, significa un plan de venganza tras una tragedia familiar a más de investigar desde adentro la desaparición de una de sus mejores amigas. El personaje, por supuesto, también hace uso de una doble identidad como la antiheroína Catwoman, una vigilante nocturna impulsiva y emocional a la vez, quien se alía a Batman para desentrañar los misterios tras los crímenes de Falcone, aunque cuestionando la “lentitud” y sentido “burocrático” de la justicia con que obra el protagonista. La química entre Kravitz y Pattinson es indiscutible, más aún reforzando aquella relación de amor platónico e imposible presente entre ambos personajes.
Es complicado definir a The Batman por un género específico: no es una clásica película de superhéroes, tampoco utiliza la ficción desde las exageraciones ni cuenta con los “alivios” cómicos típicos de los fenómenos comerciales del momento. Emula el tono apacible de los cómics ante la resolución de los conflictos pero con un héroe que inspira temor, concretamente evidenciando que su referencia principal sí fue Year One de Frank Miller (1988)
No es una película family friendly ni complaciente con el fanservice. Puede entenderse como un thriller psicológico detectivesco de estilo noir, con una historia de dolor, vulnerabilidad y crecimiento que inclusive se atreve a cuestionar la moral de los padres de Bruce Wayne dentro de esta extensa investigación sobre los “pecados” de la gente rica y poderosa; algo que exitosamente ya logró Joker (Todd Phillips, 2019) Aquí, claro está, es realmente el Acertijo quien no se equivoca al exponer a toda esta gente aparentemente impoluta ante los ojos del mundo.
En plena era de los contenidos rápidos y efímeros, The Batman se extiende por 3 horas, sin abusar de poderes extraordinarios y efectos especiales por doquier. Sí que hay combates y escenas de acción, pero los villanos tardan en aparecer y el argumento abarca mucho más tiempo en largas tomas de exploración, descubrimiento y redención de Wayne como Batman. La película se distancia completamente de cualquier adaptación anterior y es precisamente aquella su gran fortaleza.
¿Es The Batman una de las adaptaciones más realistas del cine de superhéroes?
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