La Casa Gucci: una familia impresentable, ignorada de los Oscars

Mario Xavier

30 de marzo de 2022

House of Gucci es otra película más sobre disputas de poder, herencias impugnadas y resentimientos familiares. Su diferencial, ante argumentos similares que hemos abordado previamente en Colapso Views, es que esta historia está basada en la vida real, concretamente sobre dos de los personajes que más liderazgo concentraron frente a la famosa marca Gucci de moda italiana y alta categoría.

Desde su etapa promocional, las expectativas eran grandes y en su estreno la película fue recibida con total beneplácito por parte de los fanáticos. Sin embargo, pese a su éxito en los Globos de Oro y Sindicato de Actores 2022, la película solo consiguió una nominación a los Oscar en la categoría Mejor Maquillaje y Peinado, mientras en el Reino Unido los British Academy Film Awards (BAFTAs) sí le permitieron competir para Mejor Película Británica y Mejor Actriz (Lady Gaga), esta última siendo la que más elogios recibió por su protagónico, y cuyo premio “consuelo” únicamente terminó siendo, el anuncio de CODA como Mejor Película en la ceremonia 94° de los premios de la Academia.

La historia está ambientada en una ciudad de Milán, en que todo el elenco habla en inglés con marcado acento italiano (sospecho que quizás ese es el punto crítico más grave que la Academia no perdonó), donde Patrizia Reggiani (Lady Gaga), una chica de clase media, conoce en una fiesta universitaria al estudiante de abogacía Maurizio Gucci (Adam Driver), un torpe y sereno nerd, heredero de uno de los miembros más importantes de una famosa familia de la industria de la moda.

Patrizia es una mujer amigable, libertina y exuberante, mientras Maurizio un hombre tímido y dócil que queda impactado por el carisma de ella, quien solamente ve en él, un boleto de entrada hacia un estatus socioeconómico mejor. Maurizio se obsesiona tanto que, al poco tiempo le pide ser su novia y organiza una reunión entre Patrizia y su padre, Rodolfo (Jeremy Irons), quien inmediatamente la identifica como una oportunista que está tras su único hijo, solamente por dinero. El encuentro culmina en una discusión que separa a padre e hijo, forzando a Maurizio a una vida austera y a sobrevivir mediante trabajos de poca monta, demostrando así que Patrizia es la mujer de su vida y está dispuesto a sacrificarlo todo por ella.

Sin importar el qué dirán, Maurizio y Patrizia se casan mientras Rodolfo enferma cada vez más, contemplándose quién lo heredará cuando muera. En ese momento, entra a escena Aldo Gucci (Al Pacino), hermano menor de Rodolfo, quien desde sus primeras interacciones luce radicalmente distinto a este, al no mostrarse malhumorado ni prejuicioso. Su deseo es que Maurizio busque a su padre y logren “calmar las tensiones familiares”, ofreciendo posteriormente a su sobrino ser parte de la compañía, como mano derecha en su proceso de expansión de la marca a nuevos mercados.

Maurizio se niega en primera instancia, pero Patrizia es la más interesada en que su esposo asuma el rol que le estuvo destinado desde su infancia, más aún cuando su tío Aldo aparentemente ve en él a un hijo, ante la decepción que siente hacia el suyo propio, el estrafalario Paolo (Jared Leto transformado con múltiples capas de maquillaje), mostrado en pantalla como el tonto frustrado del clan, cuyas ideas como aspirante a diseñador de modas son permanentemente rechazadas por toda la familia (Leto interpreta al personaje más exagerado y cómico de la película)

Las intenciones de Aldo, sin embargo, no se ven motivadas precisamente por afectos familiares sino por maniobras económicas que implican el control absoluto frente al imperio Gucci a costa de estafas, deudas y falsificaciones que logra ocultar tras adulaciones que su sobrino cree ingenuamente. Pero, es Patrizia quien empieza a tomar las decisiones tras su esposo, y durante toda la película el personaje de Gaga se muestra como una eficiente escaladora de posiciones empresariales, concentradora de poder y operadora de entramados corporativos; ella se convierte, entonces, en una extraña que rápidamente aprende a manejar riqueza, siempre alerta a mantener lo que ahora, por herencia, considera como suyo.

La dirección de Scott no plantea escenas sencillas para indagar en las motivaciones de Patrizia Reggiani, sino que lleva al espectador a un viaje muy completo hacia el entendimiento de sus motivos de lucha, afectos y lealtades. Se constata en ella, una total transición de la pobreza a la prosperidad, destacándose una visión absoluta de codicia al igual que todos los demás personajes, uno más despreciable que otro. También atestiguamos ya para un punto bastante avanzado en la trama, el desequilibrio emocional y decadencia de nuestra protagonista, una vez que Maurizio decide dejar de ser un títere manipulable, para tomar las riendas de su propia vida, alejándose completamente.

Adam Driver vuelve a destacarse con un rol difícil, en el que lo vemos encarnando a un absoluto «bicho raro»: un hombre de apocado carácter que da la espalda a su despiadada familia por amor, pero en el camino se descubre tan ambicioso, frío e inhumano como ellos; en esta última etapa, lamentablemente, no logramos verlo en su máximo potencial hasta las escenas finales de la película.

El filme al ser entretenido, puede lucir como una comedia hiperbólica cuando ejemplifica desde la cultura italiana, las excentricidades del estilo de vida tóxico de los ricos. No obstante, se disfruta y bastante; Ridley Scott con 84 años, demuestra que aún dirige con intensidad y entusiasmo, atendiendo a cada detalle estético de diseño y acompañando las escenas de una banda sonora tradicional, pero efectiva a cargo de Harry Gregson-Williams.

La Casa Gucci ofrece muchísimo sobre las familias con poder, profundizando en la naturaleza de los matrimonios por conveniencia que acaban con cualquier aspiración por hallar un amor eterno e impoluto. Lo más relevante es que se trata de una historia verdadera cuyo desenlace la gente ya conoce; en estos casos, la historia no es la que capta el interés del público sino cómo esta es narrada y Ridley Scott ha logrado hacerlo bien.

¿Fue injusto que La Casa Gucci haya pasado desapercibida en los Oscars 2022?

     

Mario Xavier

Editor y redactor en Colapso Views. Comunicador social con experiencia en medios impresos, agencias de publicidad digital, asesoría política y docencia universitaria.
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