¡Es oficial! ¡Steven Spielberg se ha convertido en la Meryl Streep de la dirección cinematográfica! No existe temporada de premios en que el cineasta no esté presente y lo vuelve a dejar claro con «The Fabelmans», película en la que honra su propia vida y sus más de 50 años de carrera, llevando al espectador a conocer por primera vez su intimidad familiar, sus momentos existenciales y cómo finalmente evolucionó de ser un soñador idealista a un creativo obsesionado por convencer a todos los públicos de que siempre tiene una historia que contar. La película se siente como una innovación del director, al optar por eliminar la ficción y mirar a sus propios recuerdos, con mucho sentimentalismo.
Tras haberse llevado los Golden Globes a Mejor Película Dramática y Mejor Director, así como un Critics Choice al Mejor Actor Joven para el actor Gabriel LaBelle, Los Fabelman acumuló un total de 7 nominaciones a los premios Óscar convirtiéndose en la historia familiar, dulce e inspiradora de la edición 95° de esta ceremonia, en la que más allá de competir por convertirse en la Mejor Película del 2023, se vuelve a considerar a Spielberg como Mejor Director y en esta ocasión para el Mejor Guion Original, dado que la historia fue escrita por él mismo y su colaborador habitual Tony Kushner. En otras categorías, aparte del Mejor Diseño de Producción, el histórico compositor John Williams vuelve a aspirar al Oscar a Mejor Banda Sonora, y los actores Michelle Williams y Judd Hirsch sueñan con las estatuillas a Mejor Actriz y Mejor Actor Secundario, respectivamente.
En los últimos dos años, un gran número de directores importantes como Sam Mendes, Kenneth Branagh, Alejandro González Iñárritu, Paul Thomas Anderson y Paolo Sorrentino han realizado películas que recuerdan su infancia y juventud, explorando las consecuencias de los momentos dolorosos que les cambiaron la vida y los acercaron a su pasión desmedida por contar historias en el cine. Ahora es el turno de Spielberg, quien renace en el personaje de Sammy Fabelman (Gabriel LaBelle); desde niño quedó impactado con la secuencia del choque de trenes en «The Greatest Show on Earth» (la primera película que vio en su vida) de Cecil B. DeMille, hasta empezar a crear sus propias ficciones, inicialmente en un estilo muy doméstico mientras luchaba en situaciones adversas que lo llevaron a convertirse en uno de los cineastas de mayor éxito comercial de todos los tiempos.
Sammy encuentra su identidad artística cuando el matrimonio de sus padres se desmorona por completo y su madre, inclusive, se encuentra coqueteando con el mejor amigo de su papá, el «tío Benny» (Seth Rogen) Spielberg retrata su obsesión por el cine como un intento por afrontar la destrucción de su familia y crear escenarios en los que sea él quien tenga el control completo.
Los prejuicios de la época y el cómo dedicarse al cine «no deja dinero» también es otro aspecto que el director narra con valentía -siendo paradójicamente en la actualidad, el cineasta de mayor éxito comercial en Hollywood- pues su padre ingeniero, Burt (Paul Dano) es firme y categórico en que «las películas no son objetos o servicios que la gente pueda usar; son tan solo una ilusión. No son reales, son imaginarias». Mitzi (Michelle Williams), la madre de Sammy, piensa todo lo contrario y es el personaje que se llena de admiración por la capacidad de su hijo para dar rienda suelta a la creatividad.
The Fabelmans también nos permite ver a Spielberg cuestionando su propia identidad, especialmente cuando llega a la adolescencia y debe asistir a un colegio en el que sufre discriminación y acoso debido a su origen judío. El joven no solo se debate en descubrir su voz como creativo, sino que también debe sumarle a esto el tener que sobrevivir en una secundaria llena de gigantes bribones así como lidiar con las peleas de sus padres, lo que incluso en un momento determinado desmotiva a Sammy, al punto de no querer volver a tocar una cámara en su vida.
La inspiración retorna con el personaje más carismático de la película aparte de la familia principal, el tío de Mitzi, Boris (Judd Hirsch), un antiguo domador de leones de circo y peón de rodaje, quien les hace una visita sorpresa, siendo ese encuentro lo más importante y revelador que haya vivido Sammy. «Somos adictos y el arte es nuestra droga», dice Boris refiriéndose a su propia vocación y exaltando la pasión de su sobrino-nieto por el cine así como las habilidades que Mitzi también posee como pianista.
«Las películas son como los sueños, y los sueños dan miedo», dice un joven Sammy al principio de la película. Mitzi replica: «las películas son como sueños que nunca se olvidan», pero para el tío Boris, «el arte es la boca de un león, pues te arrancará la cabeza de un mordisco». Los Fabelman alterna entre lo idealista y el realismo, con un sentido de la esperanza y el optimismo intacto.
La película apunta hacia la forma en que nuestras historias familiares pueden cobrar vida propia, pues Spielberg es inquebrantable sobre el egoísmo de Mitzi al romper la familia, y la presión de Burt con que Sammy debería ser práctico con respecto a la elección de su carrera y dejar de soñar con películas. Desde la distancia del tiempo, Spielberg reconoce que, sin experimentar en carne propia el sufrimiento y la división de su familia con la dolorosa ruptura de sus padres, casi con seguridad no habría sido jamás el cineasta que conocemos hoy. Al tratar de dar sentido a todo lo que vivía, el joven Sammy Fabelman que es el mismo Spielberg, recurrió al arte y allí encontró su consuelo y propósito. Como espectadores, entendemos que el filme sea sentimentalista en ese sentido; ¿qué película autobiográfica no lo es?
Los Fabelman no pasará a la historia como el clásico más deslumbrante de la filmografía del hombre detrás de éxitos de culto como La Lista de Schindler, ET, Indiana Jones, Jurassic Park, Tiburón, El Color Púrpura, Salvando al Soldado Ryan y la reciente West Side Story. Es, sin embargo, su obra más personal; un trabajo que tomó más de 20 años en realizarse ante el temor del director a herir a sus padres, pero que irradia calidez y celebra el autodescubrimiento, situándose nuevamente frente a los reflectores mientras su nombre vuelve a ser elogiado como el Mejor Director.
Y es que, es precisamente por ser la vida de Steven Spielberg que la película funcionó y nuevamente el cineasta conquistó la temporada de premios 2023. Esta es su historia, aquella en la que demuestra una preocupación más sutil que en trabajos anteriores, por todos los aspectos técnicos. En cuanto al guion, el cineasta buscó la empatía de su público al recordarnos que todos hemos sufrido algún conflicto familiar y muchos hemos tenido problemas para encajar en cualquier lugar. Si la película no nos permite cuestionar si realmente hemos seguido nuestra pasión en la vida, en lugar de hacer lo que «teníamos que hacer» o aquello que nuestras familias dijeron que estábamos «destinados a hacer», con seguridad no entendimos absolutamente nada.
¿Has logrado encontrar tu propósito en la vida, en los momentos más difíciles?
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