Superando todos los cánones de la ópera espacial clásica, Andor es una serie que no se limita a mostrarnos héroes impolutos y aventuras de acción injustificadas; es, más bien, la primera producción de Disney+ que nos lleva a un entendimiento más introspectivo de la crítica política y complejidades humanas, convirtiéndose en el drama más adulto que nos ha regalado la plataforma, dejando de lado cualquier atisbo de comparación con otras ficciones derivadas de Star Wars que, terminaron opacadas ante el avasallante poder de la nostalgia.
Ambientada cinco años antes de los eventos de Rogue One, en que por primera vez vimos debutar al personaje Cassian Andor (Diego Luna) en una travesía crucial para el desarrollo de los sucesos de la primera película de la saga original A New Hope, la serie lleva al espectador a conocer los antecedentes de este joven rebelde que, a raíz del sufrimiento, encuentra una motivación que lo impulsa a luchar contra el implacable control imperial del emperador Palpatine.
El argumento se desarrolla entre las conversaciones privadas y negociaciones de los líderes del imperio, y el sufrimiento de los inocentes que se encuentran subyugados ante toda clase de violentos abusos. La acción tarda en llegar y no hay rastro alguno de los Jedis ni cameos de personajes conocidos que conecten todo con otras películas o series; el conflicto se toma su tiempo y ocurre a medida que se hacen visibles la lucha de clases y el cumplimiento forzado de un nuevo sistema de reglas que aún no es aceptado del todo por parte de los habitantes de Ferrix, sitio donde se desarrolla gran parte de la serie, un planeta conocido en la galaxia como zona de libre comercio, al que acuden toda clase de viajeros para transacciones financieras no precisamente legales.
¿Cómo se gesta la rebelión? ¿Cómo se financian los rebeldes? ¿Qué impulsa a la gente a hacer revolución? Son algunas de las interrogantes que la serie responde con altura, mientras el protagonista se va transformando de un mercenario ególatra a un mártir dispuesto a dar la vida por ideales de cambios reformadores, una vez que ha sentido de cerca los embates de un sistema de gobierno que busca hasta la mínima oportunidad para aprovecharse de los desvalidos. Es más, el primer punto de giro central, comienza en cómo Andor debe verse forzado a huir tras cometer un asesinato en defensa propia, que ante los ojos del imperio no es más que un acto de oposición que merece ser castigado con la máxima pena posible.
Los escenarios empleados para el desarrollo de esta larga huida de Cassian por múltiples rincones de la galaxia hasta que, por motivaciones inicialmente financieras, se ve involucrado como colaborador de la alianza rebelde, fluctúan entre la tragedia de espacios claustrofóbicos hasta panorámicas esperanzadoras que promueven un claro mensaje antifascista que es complementado por personajes secundarios que otorgan profundidad a la serie, entre ellos la senadora Mon Mothma (Genivieve O’Reilly), cuya trama aborda la financiación de la rebelión y todos los sacrificios que deben hacerse en pro de la libertad, así como el disidente Luthen Rael (Stellan Skarsgård), el hombre que recluta a Andor mientras debe trabajar como encubierto para obtener información y mantenerse a salvo de una muerte terrible. Desde el imperio, a quien le seguimos la pista es a la oficial de Seguridad Imperial Dedra Meero (Denise Gough), una despiadada agente encargada de perseguir a nuestro héroe y protagonista, cuyo nombre empieza a hacerse más conocido a medida que este se enfrenta directamente con el sistema opresor.
Tanto Mothma, el enigmático Rael y Meero son personajes obsesivos, pero desde polos opuestos entre la política progresista que debe fingir que normaliza actos de violencia, y la burocracia fascista que no conoce otra forma de mantenimiento del orden. Andor es la serie que consolida completamente a Star Wars como una obra política, con diálogos y mensajes mucho más complejos, pues el drama nace a partir de conflictos internos experimentados por sus propios protagonistas; con una Dedra Meero que tan solo busca alcanzar éxito profesional dentro de las filas del imperio sin importar a quien dañe en el camino, y Mon Mothma viéndose obligada a entregar a su única hija en un matrimonio arreglado, por la defensa de una causa que sabemos que llevará décadas en llegar a un desenlace exitoso.
Andor también permite, por una larga tanda de episodios, visualizar las realidades de los «castigados» por el sistema, especialmente cuando el mismo Cassian es encarcelado y no necesariamente por actividades rebeldes sino por caminar por donde no debía en un planeta que aparentemente se encontraba alejado de las redes del imperio. Dentro de la prisión, el personaje comprenderá aún más la marginación de las minorías y cómo el imperio criminaliza hasta los actos pacíficos.
Finalmente, pero no menos importante, se encuentra el mensaje y la visión de familia. La serie se siente extensa porque el protagonista es mostrado al público, en diversas perspectivas, desde los ojos de las personas que más se preocupan por él: su madre adoptiva Maarva (Fiona Shaw, en uno de los roles más brillantes de su extensa carrera), Bix Caleen (Adria Arjona), la mujer que lo ha amado siempre, su mejor amigo Brasso (Joplin Sibtain) y el leal androide terramecánico B2EMO «Bee» (Dave Chapman), los únicos que a Cassian le importa salvar de los abusos dictatoriales y a quienes, cada tanto, les promete que volverán a encontrarse; claro está que Andor jamás logra obtener ni un mínimo momento de paz.
Renovada oficialmente para una segunda y última entrega, podemos concluir con que esta serie es mucho más que una advertencia sobre todo lo que sucede cuando los líderes autocráticos toman el poder por la fuerza, también nos recuerda porqué dichos regímenes están destinados a fracasar estrepitosamente, pues la represión tan solo produce rebelión. Por eso, Andor ya es la ficción más política de Star Wars que se ha producido hasta el momento, honrando ampliamente a la gran película que la inspiró (Rogue One), siendo imposible que no se vea involucrado e identificado hasta el espectador más indiferente.
¿Crees que Andor se acercará a los acontecimientos de Rogue One en su temporada 2?
Temporadas: 1 (12 episodios)
Creador: Tony Gilroy
Duración por capítulo: 35 – 50 minutos
Transmisión: Disney+
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