El Cuento de la Criada 5: el poder de la culpa desde la «libertad»

Mario Xavier

16 de noviembre de 2022

La quinta temporada de The Handmaid’s Tale, adaptación en Hulu de la novela distópica de Margaret Atwood, ha culminado dejando el terreno preparado para una resolución próspera o adversa ante aquella búsqueda en la que todos nos hemos visto inmersos en alguna etapa de nuestra existencia, al igual que los personajes principales de la serie: identidad

Alerta de spoiler: no continuar, si no has visto las 5 temporadas de El cuento de la criada

 

Cuando la era de opresión parecía haberse terminado para la protagonista June Osborne (Elisabeth Moss, excepcional como directora del primer, segundo y último episodio de la temporada), quien juró lealtad ante su nuevo hogar: Canadá, aquel país que parecía haberse convertido en un sitio seguro y en el que logró reencontrarse con su esposo Luke (OT Fagbenle), al que creía muerto, y su hija menor Nichole tras huir de los horrores de Gilead, hoy se ha tornado inmensamente peligroso para los inmigrantes, más aún para ella pues su estatus como una de las artífices más representativas de la revolución contraria a quienes se apropiaron del territorio que debería corresponder a los Estados Unidos la han convertido nuevamente en el objetivo principal a ser eliminado por fundamentalistas que desean seguir causando daño tras la falsa defensa de los ideales promovidos por Gilead.  

The Handmaid’s Tale es mucho más que una historia simplona de ficción en la que aquella nación que algún día fue la más poderosa del mundo, se encuentra secuestrada por idealistas conservadores; en realidad es un drama de complejidades emocionales, con una temporada 5 en que los grandes sentimientos que afloran son libertad y culpa, esta última como consecuencia de haber alcanzado lo anterior, pues tanto June como los demás personajes exiliados han tenido que dejar seres queridos atrás, sin grandes expectativas de salvarlos. 

Tras tanto tiempo al aire, la serie al fin ha revelado qué hay detrás del personaje de Hannah (Jordana Blake), hija mayor de June, a quien desde la primera temporada hemos visto como una ráfaga mientras es adoctrinada desde los 5 años de edad por el sistema opresor de Gilead, en el que aparenta estar cómoda y feliz junto a su nueva familia de padres/captores, los Mackenzies, quienes la describen como «un ángel del cielo» radicalmente diferente a la «diabólica» June Osborne, quien aún lamenta haber dejado a su primogénita al otro lado de la frontera. 

La temporada 5 ha permitido, sin escenas largas ni invasivas, conocer el nuevo entorno de Hannah convertida en una adolescente que está siendo instruida en una «escuela para esposas» cuyo símbolo más representativo es un uniforme púrpura, donde habrá de resignarse al pronto compromiso con un hombre que le doble la edad y a quien deberá dar hijos y servir incondicionalmente como esclava. Sin embargo Hannah, desde su confinamiento se ha permitido ante nosotros los espectadores, extraer un lápiz a escondidas con el que escribe su propio nombre en una hoja de papel, más no Agnes, aquel con el que fue bautizada por sus secuestradores, quienes piensan que han eliminado de la mente de ella toda forma de conciencia o recuerdo anterior a Gilead. Por el contrario, los anhelos de liberarse y ganas de luchar, aún se conservan intactos en la joven; no sabemos si también lo serán, los deseos de reencontrarse con sus padres tras una década sin verse las caras. 

Por otro lado, tras la venganza de June, quien en el final de la cuarta temporada pudo asesinar con la ayuda de múltiples aliados tanto dentro como fuera de Gilead a su antiguo patrón y captor, el cruel comandante Fred Waterford (Joseph Fiennes), su esposa Serena (Yvonne Strahovski) ha tenido que resignarse a la vida moderna de Canadá, país en el que ha dado a luz a su hijo Noah, lo que la ha convertido en un símbolo de esperanza tras años de intentos por concebir y el posible fin de la «pandemia de la infertilidad», uno de los grandes enigmas de la historia pues esta condición no afectó jamás a las mujeres «adúlteras.»

Tras ser recibida por los Wheelers, representantes diplomáticos de Gilead en Canadá, el gran castigo de Serena Waterford ha sido vivir casi con exactitud el sufrimiento que en algún momento ella misma infligió a June, pues la matriarca de la familia que la acogió como una viuda embarazada, tan solo busca apropiarse de su hijo y hacer de ella, una criada más. Serena habrá de escaparse en múltiples ocasiones, poner su vida en peligro e incluso dar a luz en una alejada cabaña en medio de la naturaleza, donde será asistida por nada más y nada menos que la mismísima June, quien ha perdonado a su antigua verduga y le ha hecho comprender que la única forma de proteger a los hijos de quienes buscan arrebatarlos de sus madres, es quedándose con ellos y luchar desde adentro. Es así como Serena ahora experimenta, en carne propia, aquellos ciclos que tantas veces hemos visto atravesar a June a lo largo de la serie: esperanza/catástrofe/escape/renovación

Finalmente, la temporada también concluyó con los misterios que envuelven al comandante Joseph Lawrence (Bradley Whitford, además estrenándose como director del episodio 9), a quien June fue asignada en su última etapa como criada y en lugar de ser un despiadado opresor, resultó un amigo de confianza para ella. Lawrence es el personaje más interesante y complejo de Gilead, pues es el único que se comporta como un ser humano con sentimientos y emociones en ese país, sin embargo lleva a cuestas el título de haber sido el «arquitecto» del sistema que hoy gobierna a la gran nación que algún día fueron los Estados Unidos. Hoy sabemos que Lawrence estaba tratando de salvar a la humanidad, pero sus ideales «se le escaparon de las manos», distorsionándose en el poder de conservadores extremistas ante los que debe mantenerse sumiso para proteger su propia vida. Previamente June había invitado a Joseph a huir con ella, pero el hombre declinó recalcando la importancia de «luchar desde adentro»; ahora podemos atestiguar cómo el personaje vive atormentado por el arrepentimiento, pero también enredado en el orgullo de lo que «pudo ser» el Gilead que algún día soñó y que ahora planea reconstruir, razón por la que tras haber cedido a la presión de volver a casarse para conservar su poder, se ha aliado con la tía Lydia (Ann Dowd) para fundar New Bethlehem, una nueva nación ubicada en una isla cercana y gobernada por un sistema más «tolerante» y adaptado a los tiempos modernos, sin ninguno de los excesos del pasado donde se ha ofrecido a reunir a Hannah con June, quien simplemente no confía más en ninguna propuesta de sistema patriarcal. 

The Handmaid’s Tale 5 cierra con éxito los pocos cabos sueltos que aún quedaban mientras abre otros, preparándose para su última tanda de episodios en 2023 que muy probablemente no llegarán alejados de giros devastadores, en una distopía que muestra a la violencia como resultado inevitable de la intolerancia, aunque con esperanzas de cambio presentes, siempre o cuando surjan voces irreverentes y capaces de exponer sus vidas, arriesgándose a perder a quienes más aman.

¿Cuáles son tus predicciones para la temporada final de El Cuento de la Criada

Temporadas: 5 (10 episodios cada una)

Creador: Bruce Miller

Duración por capítulo: 45 – 60 minutos

Transmisión: Hulu, Paramount+

 

Mario Xavier

Editor y redactor en Colapso Views. Comunicador social con experiencia en medios impresos, agencias de publicidad digital, asesoría política y docencia universitaria.
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