iCarly: la recordada youtuber no es más una adolescente

Mario Xavier

26 de agosto de 2021

El 23 de noviembre de 2012, hace casi una década, los espectadores de Nickelodeon se despedían de iCarly, la serie que nos permitió conocer a Carly Shay (Miranda Cosgrove) y sus amigos, todos adolescentes ordinarios a quienes la vida les cambió radicalmente cuando las nacientes redes sociales los convirtieron en influencers, enfrentándolos a una fama ascendente.

Por años se jugó con la idea de un revival y el deseo de millones de fanáticos se cumplió: iCarly ha vuelto (aparentemente para quedarse) y en la pantalla de una nueva plataforma: Paramount+, ahora convertida en una comedia de situación, cuyo evidente propósito es captar a sus antiguos espectadores a través de la nostalgia; un recurso que en los últimos años ha resultado ser más que exitoso en la era del streaming.

En la ficción han transcurrido 14 años y Carly ya es una profesional veinteañera que comparte apartamento con Harper (Laci Mosley), quien ha tomado la batuta como la nueva mejor amiga de la protagonista ante la sentida y frecuentemente referenciada ausencia de Sam, quien fue interpretada por la hoy retirada actriz Jennete McCurdy. Las dos nuevas amigas se enfrentan a los desafíos de la ciudad de Seattle, en una era dominada totalmente por las apps, smartphones y redes sociales. También retornan algunos personajes del pasado como invitados en varios episodios, quienes vuelven a interactuar en las típicas bromas ágiles con risas de fondo a las que ya nos habíamos acostumbrado, pero esta vez con un marcado énfasis en el sexo, las relaciones sentimentales, el dilema de hallar el trabajo perfecto, así como uno que otro insulto más soez y hasta ligeras referencias a la pandemia por Covid-19. Sí, las temáticas han cambiado, pero ¿han evolucionado los personajes?

En realidad, no tanto. Pese a los problemas adultos que ahora se muestran en pantalla: casi siempre concentrados en el matrimonio y la obsesión por “tener familia”, los personajes parecen resolverlo todo de la misma forma infantil en que se lo hacía en la serie original. Carly se encuentra permanentemente recuperándose de rupturas amorosas y embarcándose a nuevas relaciones e incurriendo en los errores de una personalidad que los antiguos espectadores ya conocíamos; su hermano mayor Spencer (Jerry Trainor) ha alcanzado el éxito profesional y económico como artista, pero se encuentra en un vacío creativo por la imposibilidad de encontrar a la mujer de sus sueños, así que continúa siendo el personaje más gracioso de la serie, aunque quizás esta vez con competencia frente a las nuevas adquisiciones, a más de ser el que más atascado y sin evolución se encuentra.

Lo que sí nos permite disfrutar, con creces, del reboot son los personajes que se incorporaron recientemente: Harper, la amiga desbocada de Carly, quien sueña con convertirse en diseñadora de modas mientras trabaja como bartender en un restaurante de mala muerte; encontramos en ella a una mujer abiertamente bisexual y quien por momentos logra robársele algo de la agilidad cómica que antes caracterizaba a Spencer (en la misma serie, ambos se encuentran permanentemente en competencia) La segunda de mis nuevas favoritas es Millicent (Jaidyn Triplett), hija de Freddie (Nathan Kress), quien logra situar a este viejo personaje en una narrativa interesante entre las complejidades de la paternidad tras divorciarse por dos ocasiones, trabajar en tecnología y volver a vivir con su madre controladora Marissa (Mary Scheer); queda aún pendiente saber si, en algún punto, retornará su obsesión por consolidar un romance con Carly, tras una previa relación de “amigovios” y atracción mutua que solo quedó en veremos.

Por lo demás, esta continuación no cambia tanto de su predecesora a más de haber “modernizado” las problemáticas en cada episodio, pero sí omiten aspectos cruciales que solidificaron a esa base de fanáticos que perdura hasta la actualidad; entre ellos: ¿qué pasó con el show iCarly? No podemos dejar de lado que el título de la serie nace producto del programa en YouTube conducido por la protagonista y su amiga Sam, el cual fue pausado cuando Carly dejó Estados Unidos para irse a vivir a Italia con su padre. La continuación arranca también con el retorno de ese popular show ahora conducido por Carly en solitario, ocasionalmente ayudada por Harper y con Freddie otra vez como su productor, pero es un aspecto que casi parece quedar inadvertido o ya no resulta tan importante como antes pues hoy se anteponen los líos sentimentales.

Y es que encontrar pareja, tener una familia y obtener el trabajo perfecto parecerían seguir siendo los clichés más relevantes que se convierten en el eje que consolida nuestro paso definitivo a la adultez, y los productores de sitcoms estadounidenses los entienden bien y seguirán explotándolos al máximo. Es más, el mismo Nathan Kress (Freddie) lo reconoció en una reciente entrevista para Page Six:

“Es un show adulto; no más para chicos. Y eso es lo interesante: ver dónde estos personajes adolescentes se encuentran tras catorce años, en una forma muy realista, aunque no muy intelectual.”

Aunque discrepo con lo de realista, pues la serie sigue siendo exagerada, lo que sí queda claro es que como espectadores también hemos crecido, por lo que no podemos esperar una exactitud muy radical en los argumentos, aunque ciertos personajes se conserven iguales y quizás porque ya eran adultos desde la serie original: Spencer siempre será un niño inmaduro y ya habrá que aceptarlo así. En fin, ya se sabrá a qué más se avanzará tras su final de temporada, pero no hay que perder las ilusiones de ver más, pues una su continuación está confirmada para 2022 y 2023.

¿Es mejor el revival que la serie original? ¡Ustedes tienen la última palabra!

Temporadas: 1

Creador: Dan Schneider

Duración por capítulo: 23-25 minutos

Transmisión: Paramount+

Tráiler:

Mario Xavier

Editor y redactor en Colapso Views. Comunicador social con experiencia en medios impresos, agencias de publicidad digital, asesoría política y docencia universitaria.
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