In The Dark: luz en las penumbras

Mario Xavier

19 de agosto de 2021

In The Dark es una serie que arranca como un juego improvisado y hasta bastante lento para la televisión de nuestros días: sus primeros episodios son una combinación extraña de géneros que, sorprendentemente, terminan funcionando. Parecía incrédulo el mensaje de una tragicomedia satírica sobre una mujer invidente que podía darse el lujo de vivir completamente alejada de la moral y buenas costumbres, tan presentes en una sociedad patriarcal, excluyente y sobreprotectora con las personas con discapacidad, pero resultó más real de lo que pensamos.

Admito como un ocasional placer inconfesable, verme seducido por las ficciones de tinte “fresa” en The CW (entiéndase Riverdale, The Originals y demás); aquel tipo de series a las que solamente se llega cuando los amigos no tienen planes, los pendientes del trabajo han sido resueltos y se necesita distraer la vista sin muchas expectativas. En línea con ese patrón, me encontré con In The Dark a mediados de 2019, y aunque prejuiciado por su tráiler en que lucía como una comedia bobalicona más, terminé llevándome una grata sorpresa.

 

Han transcurrido ya dos temporadas y una tercera que aún está en plena transmisión y sigo allí, pendiente al televisor con lo que ocurra a Murphy Mason (Perry Mattfeld), la aprendiz de detective ciega, alcohólica y promiscua que, por tratar de hallar la verdad sobre la desaparición de uno de sus mejores amigos, termina inmiscuida involuntariamente en el mundo del crimen.

Avanzamos entonces a las luces, en medio de la oscura realidad de Murphy: una veinteañera que, tras perder la vista en su adolescencia, trabaja como una empleada inconforme de “Guiding Hope”, la escuela de adiestramiento para perros-guía que dirigen sus padres. En el trabajo solo hace gala del mal humor, producto de sus escasas horas de sueño y frecuentes resacas como consecuencia de sus largas aventuras alcoholizadas en las que cada noche un extraño sale de su cama. Sus amigos más cercanos son su “roomate” Jess (Brooke Markham), una veterinaria que también trabaja en el mismo sitio; su eterno rival Felix (Morgan Krantz), el alivio cómico verdadero en la serie, y Tyson (Thamela Mpumlwana), un adolescente con quien frecuentemente se reúne en las cercanías de su departamento para fumar hierba; él siempre rodeado de malas compañías y aparentemente involucrado en líos de tráfico de drogas y delincuencia. No puedo dejar de mencionar a mi personaje secundario favorito: Pretzel, el perro-guía de raza golden retriever que acompaña siempre a Murphy y con quien se ve atada en una relación de amor-odio, producto de una necesidad que a ella le cuesta reconocer: los únicos ojos que le permitirán desplazarse por la fría ciudad de Chicago (aunque la serie se graba en Toronto)

Una noche, mientras busca a Tyson, Murphy se encuentra con su cuerpo inerte en el callejón, a quien logra reconocer tras palparlo. Cuando la policía finalmente llega, no pueden encontrar el cadáver pero sí a nuestra “heroína” como la única testigo: ciega, alcohólica y despistada. Dean Riley (Rich Sommer), el oficial a cargo de la investigación decide no inculparla producto de la empatía que siente por ser también padre de una adolescente invidente, por lo que preferirá convertirse en su amigo a cambio de ciertas enseñanzas para la crianza de su hija. Lo cierto es que Murphy está completamente segura de lo que sintió y a partir de ese momento, decide hacer justicia con sus propias manos y empezar una búsqueda de respuestas que finalmente parecería redimirla en la vida misma.

 

Es así como se acerca a la familia de Tyson: a su primo, el narcotraficante local Darnell (Keston John) y la hermana de este Nia (Nicki Micheaux), líder de uno de los carteles más violentos de la ciudad; en el camino también conoce a Max (Casey Deidrick), el aparentemente inocente propietario de un camión de hamburguesas que está inmiscuido en una serie de problemas criminales con una sospechosa proximidad a la muerte de Tyson, y quien será el interés amoroso central de la protagonista.

Avanzan las temporadas y Murphy ya es miembro oficial (aunque de forma involuntaria) del mundo del crimen, mientras la investigación torpe y empírica que lideraba se ha convertido en una lucha por sobrevivir, dándose cuenta desde la adversidad que la vida no era tan mala después de todo y que existen personas a las que ama sin medida y que merecen vivir, aún más que ella. Lo cierto es que,  aunque la serie parezca desordenada, resultó siendo funcional entre elementos de la historia que empezaron entrelazándose desde la frivolidad inicial presente en las interacciones personales de Murphy, las severas consecuencias que enfrentan los miembros de carteles de narcotráfico, ajustes permanentes de cuentas y la corrupta realidad del sistema policial y carcelario, tan latente en todas partes del mundo inclusive en países desarrollados como Estados Unidos.

 

In The Dark no es ajena a los clichés y aquello lo refuerza con un elenco inclusivo y multidiverso, pero divierte, tensiona y también resulta, por varios momentos, increíblemente incómoda. En eso, es tan cercana a la vida real, y podemos disfrutar de ella todos los miércoles durante 45 minutos; ha sido ya renovada para una cuarta temporada y su reparto lo encabeza una nueva generación de actores, casi todos sin experiencia previa.

¿Te animas a ser parte de las próximas aventuras de Murphy, en la oscuridad? ¡Apaga la luz!

 

Temporadas: 3

Creadora: Corinne Kingsbury

Duración por capítulo: 45 minutos

Transmisión: todos los miércoles por The CW, y sus dos primeras temporadas disponibles en Netflix.

Tráiler: 

Mario Xavier

Editor y redactor en Colapso Views. Comunicador social con experiencia en medios impresos, agencias de publicidad digital, asesoría política y docencia universitaria.
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