17 años han transcurrido desde el Episodio III: La Venganza de los Sith, último de la saga original de Star Wars dirigido por George Lucas y centrado en el proceso de transición del Jedi Anakin Skywalker al villano Darth Vader. Sin embargo, la galaxia es tan vasta, al punto de que Disney+ ha decidido explorar por todos los rincones de ella: tras los éxitos de The Mandalorian; El libro de Boba Fett y el anuncio de Andor y Ahsoka, el más reciente estreno de la plataforma es Obi-Wan Kenobi, miniserie que pretende resolver las dudas presentes en el período intermedio de las dos trilogías.
Alerta de spoiler y menciones a las películas originales de Star Wars
Dirigida por Deborah Chow, una cineasta bastante familiarizada con otras ficciones de Star Wars en Disney, Kenobi nos traslada a una década después de lo que vimos en La venganza de los Sith. Tras un emocional resumen de todos los eventos de las precuelas, la serie muestra una inédita escena de la masacre de la Orden 66 en el Templo Jedi en que fueron asesinados los colegas de Obi-Wan; vemos cómo muchos mueren a manos de los stormtroopers y otros, contra todo pronóstico, logran salvarse así como ya lo había logrado Grogu antes de los eventos de The Mandalorian.
Luego, la serie nos lleva al planeta Tatooine, donde Obi-Wan Kenobi (Ewan McGregor) se encuentra exiliado tras los horrores del imperio, pero con una única misión que aún lo alienta a seguir adelante: proteger a Luke Skywalker. Más allá de observar desde lejos a Luke y procurar su bienestar pese a las negativas del tío de este Owen (Joel Edgerton), Kenobi se ha convertido en un hombre resentido, derrotado y atormentado por la extinción de los Jedi y la “muerte” de su antiguo aprendiz Anakin Skywalker.
Ahora renombrado como “Ben”, Kenobi se ve atrapado en un trabajo de poca paga como carnicero y en una rutina pesada que lo ha envejecido más que otra persona de su edad; además, ha dejado de emplear los poderes de la Fuerza, para mantenerse indetectable por los Inquisidores, empleados del imperio que fueron Jedi en algún momento y ahora, desde el lado oscuro, se dedican a su captura y asesinato. Los Inquisidores se aprovechan de la compasión y nobleza de los pocos Jedi que encuentran, generando problemas en los distintos pueblos para que estos salgan al rescate y así, se vean descubiertos.
La villanía que nos interesa en esta miniserie, está a cargo de tres personajes: el Quinto Hermano (Sung Kang), el Gran Inquisidor (Rupert Friend) y la Tercera Hermana Reva (Moses Ingram), esta última juzgada como impulsiva y desequilibrada por sus compañeros y superiores, a más de haberse obsesionado con encontrar, a como dé lugar a Obi-Wan, quien aparentemente ya habría dejado de ser una prioridad para el Imperio.
La serie nos muestra a un protagonista sumergido en un profundo dilema entre salvar a otras personas o condenarse a su propia muerte. En un encuentro breve con otro joven refugiado, este le dice “alguna vez fuiste un gran Jedi. ¿Qué te ocurrió?” Escenas después, el hombre aparece colgado en la plaza del pueblo en señal de advertencia para lo que ocurrirá con quienes estén en contra del Imperio.
Afortunadamente, la serie no solo se concentra en el planeta Tatooine, pues también se nos permite una exploración a la vida de Leia Organa (Vivien Lyra Blair), la hermana gemela de Luke, quien se cría en la realeza como heredera del Principado de Alderaan junto a sus padres adoptivos, la princesa Breha (Rebecca Jackson) y el senador Bail Organa (Jimmy Smits), ambos retomando sus roles de las precuelas.
Leia es feliz, además que a sus 10 años ya demuestra rasgos característicos de su personalidad rebelde al oponerse a las formalidades de la diplomacia política. Consciente de la amistad que une al padre de Leia con Obi-Wan, la Tercera Hermana Reva ordena a un cazarrecompensas a secuestrar a la joven princesa, esperando que Bail Organa acuda a Kenobi por ayuda. En efecto, así ocurre: Leia es capturada y su padre viaja hasta Tatooine para convencer a Obi-Wan, una de las pocas personas conscientes de la importancia de la princesa, de que acuda en su búsqueda. «No pudiste salvar a Anakin, pero puedes salvarla a ella; hacer un esfuerzo, por última vez” son las palabras de Organa que logran convencer al Jedi para volver a inyectar algo de acción en su miserable vida.
Una vez que Obi-Wan comienza a tomar impulso y ver su existencia en riesgo, la serie como tal, brilla por todo lo alto. El protagonista no tarda en embarcarse en un viaje hasta el planeta Daiyu, un sitio iluminado y escandaloso, núcleo de toda la escoria criminal galáctica. Evitando ser detectado, el Jedi localiza a la princesa, quien aunque inicialmente desconfía de él, posteriormente le deposita su confianza cuando por primera vez, en mucho tiempo, este hace uso de sus poderes para salvarla.
Obi-Wan ve en Leia evidentes cualidades de la madre de esta, Padme. Ayudándose mutuamente y con una química casi inmediata, logran esquivar ser el objetivo mortal de todo un pueblo que ahora los persigue una vez que se ha establecido precio a sus cabezas. Este apasionante arranque de dos episodios culmina con Obi-Wan encontrándose con la Tercera Hermana Reva, quien le revela que trabaja directamente para Lord Vader. Y sí, es precisamente en este momento en que Kenobi descubre que Anakin Skywalker sobrevivió y que su casi hermano ahora convertido en enemigo, desea con ansias encontrarlo y acabar con él. Es así que, la última escena nos muestra a Vader, interpretado nuevamente por Hayden Christensen, quemado e irreconocible dentro de un tanque de bacta y con una máscara de oxígeno que emite el sonido de su clásica respiración.
Las mayores “preocupaciones” de quienes nos identificamos como fanáticos de la saga desde hace muchos años son sencillas: coherencia. Ya se ha dado a entender que Darth Vader y Obi-Wan Kenobi volverán a verse las caras, lo que evidentemente no concuerda con el reencuentro y duelo entre ambos en el primer filme de la saga Una Nueva Esperanza en 1977, película en que Leia tampoco hace mención alguna sobre haber conocido previamente a Obi-Wan, únicamente se dirige a él como “quien ayudó a su padre en las guerras clónicas.”
Vale la pena, sin embargo, reconocer que Kenobi funciona por sí sola y ha logrado, con creces, recuperar la esencia pura de la saga original enfatizando en la espiritualidad y lealtad, alejándose del humor sin sentido y con personajes muy populares que tras haber conocido la derrota y el sufrimiento, ahora se responsabilizan de sus errores del pasado y vuelven a hallar propósito a su existencia. Obi-Wan parece encontrar la fe y retomar su optimismo en una era de absoluta oscuridad, y nosotros también.
¿Obi-Wan Kenobi ha devuelto la nostalgia de Star Wars o es una serie innecesaria?
Temporadas: 1
Creadores: Deborah Chow y Joby Harold
Duración por capítulo: 50 – 38 minutos
Transmisión: Disney+
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