The White Lotus 2: gente adinerada y desdichada, en un paraíso tropical

Mario Xavier

25 de noviembre de 2022

Contra todo pronóstico, The White Lotus fue en la gran triunfadora de los Emmy 2022 con cinco galardones: mejor miniserie, dirección, guion original, actor de reparto (Murray Bartlett) y actriz secundaria (Jennifer Coolidge), al punto de que la miniserie terminó convertida en una serie antológica que estrenó su segunda temporada con nuevos personajes y la sencilla premisa de unas vacaciones paradisíacas en que todo sale mal y las familias se desmoronan.   

El argumento es simple: alguien murió violentamente en un complejo hotelero de lujo llamado The White Lotus, con diversas sedes en todo el mundo; esto se narra desde la primera escena y después, retornamos al pasado para escudriñar en todo lo que produjo dicha tragedia. 

¿Qué ha logrado que esta historia tan sencilla cause demasiado interés?

¡Fácil! Todos los visitantes que han decidido hospedarse en el resort tienen millones de dólares en sus cuentas bancarias, pero mientras como público esperamos que no exista más que alegría y opulencia, la serie deja claro que el dinero no puede comprarlo todo, pues a medida que comienzan a convivir estas personas que, más allá de los veranos, prácticamente nunca se ven, se desencadena el desastre y la inestabilidad emocional. 

La intención del director y creador Mike White es clara: The White Lotus es una crítica a los norteamericanos millonarios, blancos y privilegiados. Toda esta gente que, materialmente lo tiene todo, es retratada como infeliz, incorrecta e indecente, pues el haber nacido en cuna de oro aparentemente los ha aislado del mundo exterior hasta el punto de desconocer temas históricos, culturales o geográficos básicos sobre sus propios países. Los ricos en esta serie son mostrados tan frívolos e incultos que, se permiten hacer y decir lo que quieran, y salirse con la suya sin ser jamás excluidos o censurados. Bien dicen que «la ignorancia es sinónimo de felicidad», pero a estos viajeros, en privado, las máscaras no tardan en caérseles ante sus inseguridades y comparaciones con otros, inclusive cada vez que emergen sus anhelos de alcanzar más poder y satisfacer caprichos «difíciles de conseguir» como la gestión pública que, tan solo es vista por ellos como un hobby o algo más para agregar a la hoja de vida.   

Evocando a Tom Hanks en su célebre personaje Forrest Gump: «De repente me llamaron para decirme que ya no tendríamos que inquietarnos por el dinero. Y dije, suena bien, una cosa menos por la cual preocuparse», The White Lotus nos muestra a personas en total estado de autenticidad, pues dado que el dinero ya no es un problema, sus pensamientos y emociones más radicales se ven expuestos sin tapujos aunque, de vez en cuando, surja alguien que les eche en cara sus privilegios; es precisamente allí cuando la serie cobra fuerza y exige que esta gente tome consciencia sobre cómo sus actos afectan a la sociedad y se responsabilicen por ello, sin necesidad de que renuncien al dinero. 

La segunda temporada, ambientada en Sicilia (Italia) agrega más temas a la agenda de los ricos, principalmente la dominación patriarcal e infidelidad normalizada cuando hay acuerdos entre las partes. Los escenarios paradisíacos son tan deslumbrantes, así como lo fueron las playas de Hawaii en la primera entrega, pero creando una paradoja ante cómo estas familias no logran soportarse cuando están demasiado tiempo juntos a pesar de las maravillas que les ofrecen aquellos sitios de ensueño. Tal es el caso de la única pareja que retorna de la primera temporada: Tanya (Jennifer Coolidge) y Greg (Jon Gries), un matrimonio en problemas por la personalidad irritante e ingenuidad de la esposa billonaria, a quien su marido complace con toda clase de regalos mientras la engaña en secreto, pero sin atreverse a dejarla únicamente por no perder su estatus social. 

También se encuentra en el resort la familia Di Grasso: abuelo, padre e hijo, quienes han llegado a Sicilia para una investigación in situ sobre sus raíces italianas. Han prescindido de las mujeres de la familia porque Dominic (Michael Imperioli), el patriarca del clan, ha sido recientemente descubierto en una infidelidad; él se reconoce como adicto al sexo y ve en en el viaje una oportunidad para «desentoxicarse», pero no lo logra y se ve involucrado con Lucia (Simona Tabasco) y Mia (Beatrice Grannó), dos jóvenes prostitutas locales que lo único que desean es aprovecharse de él y de los demás turistas ricos, usándolos para comprarse ropa cara, infiltrarse en el bar del lujoso hotel e inclusive, ver la forma de encontrar una oportunidad para conseguirse un boleto rumbo a los Estados Unidos. Tanto Dominic como su hijo Albie (Adam diMarco) son fácilmente manipulables y más parecidos de lo que piensan, pese a que siempre se están cuestionando por el trato de cada uno hacia las mujeres, desde polos opuestos: lujuria y romance.

Finalmente está el cuarteto de amigos y esposos Cameron (Theo James) y Daphne (Meghann Fahy) junto a los recién casados Ethan (Will Sharpe) y Harper (Aubrey Plaza), estos últimos los más «humanizados» porque apenas acaban de alcanzar la riqueza, sin embargo ya se encuentran sumergidos en el aburrimiento, la falta de sexo y las peleas frecuentes, especialmente cuando son cuestionados por la otra pareja ante constructos sociales como la maternidad, fidelidad y el papel «proveedor» y dominante del hombre en las relaciones de pareja. Ethan y Harper se descubren cada vez más incompatibles pese a su corto tiempo de casados, en contraste con sus amigos, quienes parecerían ser los únicos que se están divirtiendo entre todos los visitantes del hotel, aunque con Daphne idealizando a Cameron y pretendiendo ignorar que él no desiste de encontrar cualquier espacio para acercarse a otras mujeres, entre ellas la misma esposa de su amigo, frente a quien se desnuda sin ninguna clase de pudor. 

La serie expone crudamente la dominación masculina también para ejemplificar cómo el mundo ha logrado perdonar a hombres ricos y poderosos como Donald Trump, Brad Pitt, Tiger Woods, Carlos III o Bill Clinton, quienes tras admitir públicamente que se equivocaron, han podido continuar normalmente con sus vidas sin ser víctimas de la cultura de la cancelación ni perder los espacios que ocupan, en contraste con mujeres vilipendiadas públicamente por sus infidelidades o múltiples matrimonios. Los personajes de la serie también forman parte de ese sistema, pero no lo reconocen pues las frivolidades de la riqueza se muestran ocultas tras un aparente conservadurismo que parecería justificarlo todo. 

Al igual que en Succession, The Crown, 9 perfectos desconocidos o Yellowstone, The White Lotus bien podría asumirse como una serie que promociona al éxito relacionado a la riqueza material y el estatus social; sin embargo aunque el lujo está visualmente presente, esta gente es tras bambalinas, tan imperfecta y alejada del glamour con que es retratada por los medios de comunicación y con el que ellos mismos se exponen en las redes sociales, creando para cualquier persona de clase media un entorno aspiracional con el que, en cierta frecuencia, todos fantaseamos.     

¿Tener mucho dinero resuelve la vida o tan solo la complica más?

Temporadas: 2 (7 episodios cada una)

Creador: Mike White

Duración por capítulo: 50 – 60 minutos

Transmisión: HBO

 

Mario Xavier

Editor y redactor en Colapso Views. Comunicador social con experiencia en medios impresos, agencias de publicidad digital, asesoría política y docencia universitaria.
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