And just like that 2… la «Última Cena», cierre de ciclos para sus personajes

Mario Xavier

5 de septiembre de 2023

Después de un arranque que se sintió insuficiente, And just like that…, relanzamiento y secuela del exitoso clásico de los 90s Sexo en la Ciudad, finalmente ha encontrado su identidad a través de la evolución y el cierre de ciclos definitivos para sus protagonistas. La primera temporada, apenas fue un prólogo largo que tomó trabajo digerir, pero que con paciencia ha sentado las bases reales de la nueva etapa a la que se enfrenta el elenco: la vejez.

Alerta de spoilers: no continuar si no has visto la temporada 1 de And just like that…

Ambientada 11 años después de la película Sex and the City 2, el primer tramo de esta secuela lo comenzamos con un suceso devastador:  Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker), protagonista y narradora de la serie perdió repentinamente a su esposo «Big» (Chris Noth); en gran medida, permitiéndonos a los espectadores vivir junto a ella las diversas fases del luto ante la muerte de un ser querido y todas las consecuencias posteriores de tales ausencias. Posteriormente, la producción rellenó el resto del argumento con personajes femeninos nuevos y diversos; durante la primera tanda de 10 capítulos, ninguna de estas mujeres tuvo suficiente brillo como para convertirse en coprotagonistas o representar una simbólica entrega de la posta por parte de Carrie, Miranda (Cynthia Nixon) y Charlotte (Kristin Davis) a un nuevo grupo de amigas neoyorquinas.

Las protagonistas originales se sentían permanentemente frustradas, atrapadas y resistentes a los cambios de los tiempos modernos, mientras iban tomando cada vez más distancia una de la otra. Charlotte encontró un alma gemela en Lisa Todd (Nicole Ari Parker), una madre de familia de la escuela privada a la que asisten los hijos de ambas, y quien hace todo tipo de malabarismos entre el trabajo, los niños y la carrera política de su esposo. También conocimos a la comediante no binaria Che Díaz (Sara Ramírez), quien comenzó una relación con Miranda, al punto de que el matrimonio de esta última acabó abruptamente y la llevó a caer en el alcoholismo y la confusión sobre su identidad sexual. Más allá de eso, Che funciona como la más joven y divertida de las amigas de Carrie, también conflictuada sobre su capacidad para consolidar una relación seria y estable.

La abogada Nya Wallace (Karen Pittman) también se siente como un accesorio. Tras un sinfín de intentos por convertirse en madre, termina divorciándose y explorando su sexualidad con hombres más jóvenes sin lograr un vínculo sentimental real. En la serie, su rol más relevante es el de amiga y apoyo incondicional de Miranda, aunque ella misma carga sobre sí una serie de inseguridades ante la imposibilidad de ser madre y su dependencia emocional con las parejas. 

La gran diferencia la marca la agente inmobiliaria de Carrie, Seema Patel (Sarita Choudhury), quien ya se ha convertido en la sustituta oficial de Samantha Jones (Kim Cattral), una exitosa mujer, orgullosamente soltera y sexualmente libre; única que se permite abordar temas sentimentales y sexuales en ese grupo de damas cincuentonas, serias y aburridas. A pesar de dicha libertad, en esta segunda temporada, Seema parece haber encontrado alguien con quien estrechar un vínculo más formal, el cineasta Ravi Gori (Armin Amiri), primer hombre al que le ha dicho «te amo» en su vida, un hecho que la tendrá aterrorizada, mientras ella cree que Ravi la está alejando, con el trabajo como excusa. 

Finalmente, pero no menos importante, tenemos el retorno de Aidan Shaw (John Corbett), el antiguo prometido de Carrie en Sex and the City y quizás, la relación que más lamentaron los fans que no prosperara. A mitad de la temporada 2, Carrie decide contactarlo y él reaparece casi de forma inmediata y olvidando el pasado, ahora divorciado y con dos hijos adultos y uno adolescente. La relación vuelve a ser tan próspera como antes, pero ahora existen nuevos obstáculos: los hijos y la ex mujer de Aidan, quienes conocen el peso emocional que Carrie representó siempre en la vida de él. El trauma es tan grande que, a pesar de que revivimos ese romance, no logramos verlos juntos en el icónico departamento de la protagonista en el Upper East Side de Nueva York, donde ha vivido desde que comenzó la serie original, pues Aidan se niega a volver a pisar ese lugar en su vida. 

En su nuevo intento con Aidan, brevemente recordamos que fue él quien compró ese departamento y el de al lado para poder expandirse; sin embargo, la pareja se separó dado el terror de Carrie al matrimonio y la amenaza permanente de Big en sus vidas, dejándola a ella luchando por comprar un lugar que antes solo alquilaba. Toda esta historia de idas y vueltas, en cierto punto, incluso logra que Carrie ahora se cuestione sobre si fue un error haber dejado a Aidan por Big, por lo que en esta ocasión aspira poder entregarle todo de sí. Con la ayuda de Seema, Carrie compra una enorme casa con espacio para los hijos de Aidan y Shoe, la gata que ella acaba de adoptar, y así vivir juntos, lista para soltarse esta vez de todo aquello que ya no le sirve.

And just like that… se tardó para despegar, pero lo consiguió. La serie cierra, con sus protagonistas liberándose de viejos rencores, malos hábitos y, especialmente, miedos. En ese proceso de quitarse pesos de encima, Carrie opta por vender su departamento, quizás su posesión material más apreciada (incluso superando a los zapatos caros), sin antes organizar una reunión a la que ella misma bautiza como «La Última Cena», en que se juntarán todas las amistades antiguas y nuevas de la serie.   

El encuentro permite que algunos personajes resuelvan sus conflictos, esta vez de forma definitiva. Allí, tras la presión de Carrie, Miranda y Che hallan un cierre amigable a su historia con una conversación en la cocina, tras el hecho de que Che usó la ruptura de ambas como inspiración para sus shows de comedia stand-up. Anthony (Mario Cantone), el amigo gay de las protagonistas, se divorcia de Stanford, quien ha decidido quedarse indefinidamente en Japón (esto se realizó, dada la muerte del actor Willie Garson) y comienza una relación con Giuseppe (Sebastiano Pigazzi), un atractivo y joven escritor italiano a quien no deja entrar del todo en su vida. 

Charlotte ha vuelto a trabajar como curadora de arte, para disgusto de su esposo Harry (Evan Handler) y sus hijas, quienes esperan que ella siga convertida en una madre multitarea. Harry no está acostumbrado a ver a Charlotte trabajando, pero ella le hace saber a su marido que también es responsabilidad de él, asumir la administración de una casa. Se encuentra feliz con su trabajo y deja claro que no estará disponible como siempre, pues ya no puede soportar la presión del hogar.

Lisa comparte la noticia de haber perdido un bebé con su esposo Herbert (Chris Jackson), sin poder lidiar con la culpa de haber priorizado su trabajo. Afortunadamente, Herbert no ignora el dolor ni la responsabiliza de nada, sino que la ayuda a superarlo todo. Ambos encarnan a la pareja perfecta de la serie, tanto dentro como fuera de casa. Por último, Seema al fin consigue que su nuevo novio deje de estar pendiente todo el tiempo del teléfono y otorgue a la relación, la importancia que se merece. En esta instancia, colectivamente todas las mujeres se sienten culpables por priorizar sus carreras sobre sus relaciones, acabando con el mito materialista de éxito que envolvió a Sex and the City desde el día 1.

And just like that… concluye de una forma que se siente definitiva (aunque sabemos que no es así, pues la serie ha sido renovada para una temporada 3), especialmente para los fans, y con un retorno anunciado. El cierre nos trae de vuelta por apenas 1 minuto a Samantha Jones, en la parte trasera de un taxi de camino a casa desde el aeropuerto de Londres. Este cameo prometido un año antes del estreno, otorga al personaje la posibilidad de mantenerse alejada del resto del reparto, en un intento fallido por llegar a «La Última Cena» y no lograrlo, por culpa del mal clima. Con la clásica música de «Sex and the City» en el fondo, Samantha se despide vía telefónica del departamento de Carrie otorgándonos una dosis de nostalgia necesaria y comprensible cuando en la reunión, Carrie pide a sus invitados que compartan, con una palabra, aquello que les gustaría dejar enterrado en el pasado.

Acabada la cena, Aidan se presenta en el antiguo apartamento sin ningún dolor o resentimiento. A los espectadores nos parece que algo ha avanzado en la relación, pero él arriba con malas noticias: informa que tras un accidente de auto que ha sufrido su hijo de 13 años, necesita cuidarlo al menos hasta que sea mayor de edad. Con el anticipo de que deben separarse y él dejará Nueva York pronto, porque sus hijos son prioridad sobre Carrie, ella inicialmente propone una relación a distancia y con visitas mutuas, a lo que él no accede, pero reafirma que la ama y si ella le corresponde, deberá tener paciencia por los próximos 5 años.

Así, se sientan las bases de una última pausa amorosa para Carrie que, esta vez no proviene de la inmadurez, sino de los problemas de dos adultos con vidas complicadas que luchan por mantenerse juntos. Recordando los viejos tiempos, vemos a todas las parejas teniendo sexo a su manera, mientras Seema y Carrie viajan a una playa griega para celebrar por haber encontrado a los hombres de sus vidas y estar abiertas a esperarlos el tiempo que sea necesario. 

¿Estarías dispuesta a esperar a tu pareja por 5 años para volverse a ver?

Temporadas: 2 (21 episodios)

Creadores: Darren Starr, Michael Patrick King

Duración por capítulo: 38 – 50 minutos

Transmisión: Max

Mario Xavier

Editor y redactor en Colapso Views. Comunicador social con experiencia en medios impresos, agencias de publicidad digital, asesoría política y docencia universitaria.
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