Dirigida, escrita y protagonizada por Bradley Cooper, Maestro es la película biográfica de la temporada de premios 2024 que, de la forma más realista y conmovedora, ha logrado capturar en pantalla las etapas de ilusión, pasión y desencuentros en una relación que nació y se sostuvo por amor al arte en todas sus formas; así, nos sumergimos por completo en la historia del compositor estadounidense Leonard Bernstein y su esposa, la actriz chilena, de origen costarricense, Felicia Montealegre.
La película, producida por Steven Spielberg y Martin Scorsese, y difundida masivamente por Netflix en diciembre de 2023, ha sido elogiada por los fans y la crítica, siendo nombrada una de las 10 mejores películas del año, por el National Board of Review. También alcanzó cuatro nominaciones a los Globos de Oro, siete a los BAFTA y ocho a los Critics Choice Awards, incluyendo las categorías de Mejor Película, Mejor Director y Mejor Actriz (Mulligan), convirtiéndose en una de las candidatas favoritas a llevarse el Oscar.
Maestro arranca en la sala de la casa de un anciano Leonard Bernstein (Bradley Cooper), mientras varios periodistas y camarógrafos se agrupan a un lado para grabarlo tocar el piano, de forma casual. Después de extraer varias tomas, inicia una entrevista centrada en la relación de Bernstein con su difunta esposa, Felicia. Es a través de su narración para esta entrevista, frente al lente de una cámara, que los acontecimientos se desarrollan.
Cronológicamente, somos transportados a la juventud de Leonard Bernstein en 1943, cuando apenas tenía veinticinco años y trabajaba como director asistente en la Filarmónica de Nueva York. Una mañana, recibe una llamada informándole de una situación preocupante en su lugar de trabajo: su jefe, Bruno Walter, ha caído gravemente enfermo, y dado que la próxima actuación de la orquesta será ese mismo día, Leonard es convocado para ser el director y debutar en el escenario. A pesar de la desgracia, el compositor no puede evitar ocultar su emoción y dejarnos claro que este había sido el momento que siempre había estado esperando.
Transcurre un tiempo, y una vez que Bernstein empieza a hacerse un nombre en el mundo de la música sinfónica, visita la casa de su hermana Shirley (Sarah Silverman) para una fiesta. Es allí donde conoce a Felicia Montealegre, una joven actriz de la que se enamora desde el primer momento. Leonard insiste permanentemente en que ambos se parecen mucho entre sí, por lo que tienen que reunir diferentes experiencias juntos, para construir sus personalidades.
A lo largo de su matrimonio, vemos a ambos apoyándose mutuamente en sus carreras. Ya para la década de 1950, los Bernstein viven en una próspera situación, dado el éxito profesional de ambos y Leonard había compuesto varias óperas y musicales de Broadway, entre ellas Candide y West Side Story. Felicia, por su parte, sufre combatiendo sus preocupaciones ante las aventuras sexuales de Leonard con hombres, pero insistiendo en que ella tiene el control sobre él como esposa. Sin embargo, a medida que avanzan los años, las infidelidades de Leonard, así como su abuso de alcohol y drogas, afectan profundamente al matrimonio. Felicia siempre supo la verdad sobre la bisexualidad de su marido y sus parejas fuera del matrimonio, pero decidió permanecer con él hasta el resto de sus días, criando a tres hijos juntos.
El propio Cooper interpreta al protagonista. Su actuación consigue a un Bernstein apasionado y entusiasta, a pesar de la enorme nariz prostética y el maquillaje empleado para caracterizar al personaje. Destaca magistralmente una escena específica, en las que el cineasta recrea por más de seis minutos a Bernstein en la Orquesta Sinfónica de Londres, dirigiendo la Sinfonía n.°2 «Resurrección» de Gustav Mahler en la Catedral de Ely (Reino Unido) en 1973. Este fragmento transmite el momento cúspide de la alegría y euforia del músico, evidenciándose un intenso trabajo sonoro y un plano secuencia en que la cámara recorre a la orquesta, el coro y los solistas, creando una experiencia inmersiva para todos nosotros como espectadores.
La dirección de Cooper, en su segunda incursión detrás de las cámaras, es un testimonio de su compromiso con la autenticidad de la historia. Especialmente, vale mencionar su uso del blanco y negro para transportar a los espectadores al pasado, así como de planos abiertos y secuencia, para resaltar emociones y maximizar el impacto de aquello que viven los protagonistas en pantalla.
La cinematografía, a cargo de Matthew Libatique, es otro aspecto destacado, evolucionando del blanco y negro al technicolor para registrar los años 60 y 70. Estas decisiones creativas no sólo reflejaron los tiempos cambiantes a lo largo de los 40 años de la vida de Bernstein que se cubren, sino que también contribuyeron al idealismo de la película.
La película fue co-protagonizada por Carey Mulligan como Montealegre, cuya actuación es la verdadera alma del filme, inclusive arrebatando el protagonismo al mismo «Maestro». Mulligan es impresionante, más aún a medida que pasan los años, pues atestiguamos su deterioro físico y sufrimiento emocional ante el complejo matrimonio con Bernstein, en que su personaje representa en carne viva al consentimiento y los pactos de una relación abierta, que pueden salirse de control.
Y es que lo que distingue a Maestro de otros biopics es su enfoque en la relación intermitente entre Bernstein y Montealegre, más que en logros históricos o musicales, lo que inclusive le ha merecido ciertas críticas negativas que han calificado a la cinta de «pretenciosa». Este enfoque, sin embargo, proporciona una nueva perspectiva de las vidas de los artistas, lo que hace que la película sea más identificable y realista. Más allá de los encomiables tecnicismos, Maestro es un largometraje emocionalmente frustrante, ya que cubre gran parte de la vida de una persona extremadamente famosa y termina pareciendo superficial, cuando otorga mayor importancia a las intimidades de pareja. Sin embargo, es consistentemente magistral desde la perspectiva vivencial cinematográfica, por lo que vale la pena verla.
Maestro celebra y admira la vida y el legado de Leonard Bernstein, con una historia digna de los reconocimientos que aspira conseguir. La película consolida el enorme talento de Bradley Cooper como director y ha servido como una estremecedora descripción general de la vida y el legado de quienes poseen habilidades extraordinarias. Es un drama audaz, inteligente, pero especialmente, íntimo.
¿Crees que Maestro debió concentrarse en logros históricos o te conmovieron más las complejidades y sacrificios personales de los artistas, tras bambalinas?
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